El nadador puntano sufrió un accidente que en 2014 lo dejó en silla de ruedas. De ahí en más, decidió realizar un proyecto para brindar esperanza, motivar, fomentar el deporte y concientizar a la sociedad.
Sirur Maluf tiene 28 años y es de San Luis. En el año 2014 tuvo un horrible accidente mientras vacacionaba en Villa Gesell y, desde entonces, emprendió un camino que lo llevó desde lo más profundo de la depresión, hacia un resurgir a través del deporte.
Este 2022 Sirur comunicó a Vía San Luis que se había enterado de un tratamiento en desarrollo podría ayudarlo a volver a caminar, pero su valor supera el medio millón de dólares.
Sirur tenía 20 años cuando junto a su hermano y dos amigos decidieron pasar el verano trabajando en Villa Gesell. Su tarea era cortar y pelar frutas en en un comercio que vendía jugos y licuados.
Este local abría a las 9 de la mañana, por lo que el puntano dejaba todo listo y se tomaba unos 40 minutos previo al inicio de la jornada para disfrutar de la playa, donde había adquirido el hábito de correr al inmenso mar y hacer clavados o saltar olas.
“El 2 de febrero de 2014, cerca de las 8.45 de la mañana fui a la playa y comencé a jugar con las olas. El día estaba raro, muy gris, había poca gente, algunos surfistas, el guardavida y mis dos amigos.
Empecé a entrar corriendo, saltaba y cortaba la ola con un clavado y salía. Lo hice unas seis veces y cuando estaba por irme para trabajar, se acerca el guardavidas y me dice que no me tirara más, pero lo volví a hacer. Le dije que hacía un salto más y que me iba…
Tomé carrera, como si esa fuera la última vez en mi vida que iba a correr, salté y corté la ola con un clavado, pero la ola había formado un banco en la arena. Caí ahí, me golpeo y no pude moverme. Quedé paralizado. Logré salir a la superficie con el diafragma debilitado porque perdí oxigenación, todo mi cuerpo estaba inmóvil.
Recuerdo que intenté hacer gestos para avisar que me estaba ahogando y mis amigos pensaban que les hacía una broma, busqué la mirada del guardavidas, me miró fijo y en ese momento viene otra ola. Me envuelve y empiezo a ahogarme, solo recuerdo que mi cabeza tocó el fondo y se me vino la imagen de mi papá sonriéndome, le dije “te amo” y perdí la conciencia.
Estuve unos 4 minutos ahogado. Me sacaron los surfistas, un amigo y el guardavidas que me hizo RCP, según me contaron. Solo recuerdo ese golpe y que desperté en el hospital al otro día”, contó Sirur hace unos meses al medio Infobae.
Cuando abrió los ojos, la médica que lo asistía le preguntó su nombre y a quién había que avisarle que estaba allí. Luego, volvió a dormirse.
“Al despertar por segunda vez, aún con poca conciencia, estaba mi familia. Estuve más de 24 horas dormido. Los médicos decían que tenía que hacer rehabilitación y pensé que si era solo eso, en cuestión de días iba a recuperarme porque toda mi vida hice deporte (boxeo y natación).
Creí que, como mucho, me llevaría tres semanas irme de alta. Mi familia, en un principio me ocultó lo que estaba pasando. Pero un día en Mendoza, donde estuve seis meses internado por una operación en las vértebras, en una de esas sesiones le dije al jefe de kinesiología que en dos años iba a regresar caminando con un regalo en agradecimiento a lo que hacía por mi y me dijo: ‘¡Vos no vas a volver a caminar!’…
Se me cayó el mundo abajo, entré en depresión. Por cuatro meses estuve muy mal, tirado en la cama, mirando el techo”, añadió Sirur en su relato, recorando triste ese fatídico momento.
Al saber que no podría volver a caminar, Sirur sufrió una profunda depresión. A una persona sumamente activa e inquieta le llevó un tiempo aceptar lo que había sucedido.
“Literalmente, me sentía en una pesadilla constante. Antes, mis grandes motivaciones eran los deportes. Seguía mirando el techo de mi cuarto, tirado en la cama, llorando”, recordó el joven.
Sin embargo, al rememorar una tarde en Salto Colorado, lugar donde nació, a sus 6 años, una idea hizo resurgir las esperanzas:
“Era el día que aprendí a nadar y logré volver a sentir esa felicidad, esa sensación en mí cuando nadaba e hice click. Me dije: ‘Ya que estoy rehabilitando y recuperé la movilidad de mis brazos, ¿por qué no volver a nadar? Pasé de ser parapléjico a tetrapléjico, o sea que podía dar brazadas y volví a nadar”, recordó el puntano.
Para Sirur, volver al agua fue más que una motivación: comenzó a estudiar coaching ontológico y emocional. Eso, según contó, lo ayudó a dar una mano a quienes están su misma condición.
Así, inició un proyecto con el que hoy recorre todo el país a través del deporte con un mensaje de esperanza, inclusión y concientización social.
“Uniendo con Esperanza mi Pueblo”, es el nombre de este proyecto que demuestra que se puede practicar deportes adaptado y brindar un mensaje esperanzador.
“Hemos atravesado todos los espejos de agua nadando y cultivado la solidaridad de la gente. Hemos luchado, evolucionado y crecido en todo este tiempo porque cada desafío es en conjunto y mostramos historias. Cuento la mía para impactar de manera positiva.
Desde que lo iniciamos, creció el número de personas con discapacidades que comenzaron a practicar deporte y eso para mí es asombroso”, expresó el nadador.
La técnica que puede permitirle volver a caminar está siendo desarrollada por investigadores de la Escuela Politécnica Central de Lausana de Suiza y por el hospital universitario de esa misma ciudad.
El tratamiento está basado en la estimulación eléctrica de la médula espinal. Hasta el momento, tres personas parapléjicas lograron volver a caminar gracias a una operación quirúrgica en la que le han implantado 16 electrodos en la médula espinal.
El problema para Sirur es que este tratamiento, en etapa experimental, podría tener un costo cercano a los 540 mil dólares. Se trata de un proceso que puede demorar entre dos y tres años.
“Es un tratamiento nuevo con electroestimulación que ya fue efectivo y que dio a tres pacientes buenos resultados: lograron pararse, que es un gran avance, y mover sus miembros inferiores.
Yo sueño con volver a caminar, es un deseo enorme que tengo y, te juro, que no quiero irme de este mundo sin haberlo dado todo…
Una lesión medular no es más una enfermedad irreversible, se puede curar”, se esperanza el joven.
El puntano recorrerá todas las provincias con un mensaje de esperanza, inclusión y concientización social. En abril de este año, Maluf culminó uno de los proyectos más importantes de su vida, en el que pasó por diferentes localidades de San Luis.
Su proyecto, “Uniendo con esperanza mi Argentina”, lo llevará a atravesar por lo menos un espejo de agua por cada provincia del país.
“La idea es atravesar un dique en cada jurisdicción y hacer visible todo esto que buscamos, que se basa en proponer un mensaje enorme de superación”, describe Sirur.
Ahora, su proyecto pasa por la provincia de Mendoza. El primer hito fue el sábado pasado en San Rafael. Participó junto a Asak (una escuela de canotaje), nadadores locales y autoridades de la provincia.
El próximo encuentro lo realizará en San Juan, donde intentarán atravesar el dique Punta Negra. Todavía no han confirmado fechas, ya que están en tratativas de conseguir todo lo necesario para desarrollar la aventura.
FUENTE: VIA PAIS