Camila Rosselo y Cristian Destefano dieron a luz a Giovanna después de tantos años de búsqueda. Conocé este novedoso procedimiento.
“No me entra la felicidad en el cuerpo”, describe Camila de 31 años, sobre el nacimiento de su bebe, el jueves 23 de septiembre en el Sanatorio Otamendi. Ella es docente, licenciada en psicopedagogía y, al igual que su pareja, oriunda de San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires. Mientras comparte su historia, del otro lado del teléfono, Giovanna llorisquea y ella se disculpa. “Se la voy a dar un ratito al papá”, dice y se dispone a hacer un repaso de su camino hacia la maternidad. Un camino con muchas subidas y bajadas emocionales, pero lleno de perseverancia y fortaleza.
Ser madre, un deseo que siempre estuvo
“Siempre supe que quería ser madre. Empezamos a buscar hace siete años, cuando yo tenía 24. Dos años después, llegamos a una clínica de fertilidad y probamos dos tratamientos que no dieron resultado”, dice Camila, que en algún momento llegó a pensar que quedar embarazada iba a ser imposible. “Lo vi difícil”, insiste.
Método “tres padres”
Hasta que un día, el director del Laboratorio de Embriología del centro de medicina reproductiva Procrearte, Ariel Ahumada, le comentó acerca del método “de tres padres”. Se trata de una técnica de reproducción asistida que requiere del material genético que aporta la madre, el óvulo de una mujer donante y el espermatozoide del padre.
¿De qué se trata el método “de tres padres”? También llamado de “transferencia de huso”, consiste en “tomar el óvulo o el ovocito de una mujer joven, de una donante, y a ese ovocito se le extrae el material genético que tiene y se lo reemplaza por el material genético de la paciente que va a hacer el procedimiento. Así, se obtiene un ovocito reconstituido que tiene toda la maquinaria metabólica del ovocito joven y el ADN de la paciente”, precisó Ahumada. Entre los principales beneficios de este tratamiento, el especialista remarcó que en este caso la paciente no tiene que renunciar a su identidad genética, como sí sucede cuando se realiza un procedimiento de ovodonación.
”Se utiliza el ovocito de la donante pero sin su material genético, con el material genético de la madre, y esa es la gran innovación de esta técnica”, enfatizó Ahumada y explicó que se suele hablar de “un bebé con tres padres, pero es entre comillas porque el material genético nuclear, que es el que determina todas las características del individuo, está en el ADN que aporta la madre y no la donante”.
Un sueño hecho realidad
Giovanna nació por cesárea programada a las 10:04 horas de ayer y pesó 3,255 kilos. “Llevarla en mi vientre, sentir sus movimientos dentro mío fue un sueño hecho realidad”, cuenta Camila y destaca el apoyo del equipo médico, en especial el de su obstetra, Aníbal Dal Verme. “Él siempre me dio mucha paz. Me acuerdo la primera vez que fui a su consultorio, le entregué todos los estudios, lo miré y le dije: ‘Este es tu asunto, ¿cómo lo llevamos?’”, cuenta la flamante mamá.
Por la novedad del procedimiento, todavía no es contemplado por el Ministerio de Salud Nacional. “Me emociona que el tratamiento haya sido en Argentina porque las posibilidad de viajar al exterior se nos iba de presupuesto. Si bien nosotros lo costeamos por nuestros medios, sería importante que fuera reconocido por las obras sociales y prepagas ya que haría felices a muchas familias”, apunta Camila.
Consultada acerca del valor del procedimiento, la docente de San Antonio de Padua sostuvo que el tratamiento “es costoso”, pero que ella y su marido ahorraron durante años para pagarlo. “Cada uno elije en qué gastar o invertir su dinero, nosotros decidimos que esta iba a ser nuestra prioridad”, confió, sin más precisiones. De momento, solo existen tres nacimientos en el mundo a través de esta técnica, siendo el primero en México con una paciente y un equipo médico estadounidenses.