Carla y una gran historia resiliente: sufrió bullyng, apostó a un cambio y hoy promueve el deporte como estilo de vida.
La anécdota de la cartita de amor hecha un bollo y devuelta con un “no me gustas, sos gorda”, la marcó como podría marcar a cualquiera. El desplante fue así de cruel. Carla tenía 12 años, le gustaba ese pibe en el cole y se le había declarado por escrito. Seguro que esa cartita tenía dibujado un corazón.
Hoy lo cuenta con una mueca de sonrisa, sentada al borde de la máquina multipower del gimnasio donde entrena cinco veces por semana. La ves, portentosa, con su metro cincuenta y siete, pura fibra, toda músculo y pensás: ¿cómo será la vida del tal Jorge 20 años después? Que va!
Cuesta mucho remontar el mote de gordita cuando el sobrepeso, aun siendo de unos pocos kilos, se sostiene a lo largo del tiempo. En el caso de Carla, hasta la propia familia había adoptado el apodo. En cierto punto, la gente todavía cree que el diminutivo hace doler menos.
Lo cierto es que llegó la adolescencia con mil dietas fallidas, mil lunes de empezar gimnasios y en un momento, la obesidad. Los 90 kilos fueron el click y decidió tomarse en serio el plan de entrenamiento. Actividad física y una alimentación saludable fueron el combo que le cambió la vida.
“Tenía 29 años y entendí que estaba poniendo en riesgo mi salud, más allá de lo estético. Al principio me lo impuse, iba tres veces a la semana, hacía zumba, step, funcional. En un año logré bajar 30 kilos, para entonces ya me había hecho un grupo de amigas y le empecé a agarrar el gustito”, cuenta Carla.
El “gustito”, en su caso, fue empezar a entrenar fuerte y descubrir el fisicoculturismo. Primero se fascinó como observadora y pronto lo convirtió en un sueño propio. Debutó el año pasado y hoy compite en la categoría Bikini Wellness. Ya participó en cuatro torneos y siempre se mantuvo en el podio, dentro de los tres mejores puestos.
“Esto me apasiona”, dice Carla, a la que encuentran como @carli.cro en redes. “Mi antes y mi después están ahí. Yo soy la prueba real del ‘se puede’”. “Todo el tiempo muestro en Instagram mi realidad. “También muestro la etapa de volumen donde no estoy marcada y tengo panza, ahí explico que el cuerpo de torneo es para el día de la competencia y trato de predicar esto de ‘si yo pude, vos también’”.
“Hay que proponérselo, hay que tener constancia. No es mágico el cambio y aunque lo estético viene de la mano, lo que van a ganar es salud”. “Hoy me siento bien, mi cuerpo es funcional, puedo correr un colectivo sin agitarme, me hago un análisis y me sale todo bien. La verdad que este deporte me cambio la vida”, remató Carla Crocco.
FUENTE: TN