Oriundo de Italia, arribó al país a los 17 años: fue beatificado por Juan Pablo II y el año pasado se terminó su segundo milagro.
Desde este domingo la Iglesia católica en la Argentina contará con un tercer santo reconocido oficialmente. En una ceremonia en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco canonizará a un enfermero que durante casi medio siglo recorrió los barrios de Viedma y sus cercanías en bicicleta para asistir a los pobres y enfermos.
Se trata de Artemides Zatti, nacido en Italia en 1880, quien vino con su familia al país a los 17 años y 10 años más tarde se consagró religiosamente -lo que implica hacer los votos de pobreza, obediencia y castidad, pero sin ser sacerdote- en la congregación salesiana, históricamente de gran presencia en toda la Patagonia.
Zatti se sumará a san Héctor Valdivielso Sáez (1910-1934), un hermano lasallano nacido en la Argentina y que fue fusilado en España durante una revuelta previa a la Guerra Civil. Y a José Gabriel “el cura” Brochero (1840-1914), el sacerdote cordobés que a lomo de mula recorrió su provincia evangelizando.
Miembro de una numerosa familia campesina, Zatti vino con ellos corridos por la creciente desocupación en Italia. Inicialmente, se radicaron en Bahía Blanca, donde contaban con un pariente, ciudad en la que trabaja en una fábrica de baldosas y conoce a los salesianos y siente que son su segunda casa.
En 1902, estando en la casa de formación de los salesianos en Bernal, provincia de Buenos Aires, Artémides se contagia de tuberculosis por un sacerdote que estaba allí. Entonces sus superiores lo envían a Viedma, donde la congregación tenía un hospital y el clima era mejor para su recuperación.
Superó una tuberculosis y realizó dos milagros: quién es el enfermero argentino que será proclamado santo
En Viedma el padre Garrone le propuso encomendarse a la Virgen en su advocación de María Auxiliadora -especialmente venerada por los salesianos- y le prometiera que si se curaba dedicaría su vida a la atención de los más pobres y de los enfermos. Al poco tiempo se sanó y cumplió con la promesa.
En 1911 Artémides hace su profesión religiosa como salesiano, pero ya desde antes estaba recorriendo la zona en bicicleta asistiendo a los pobres y enfermos, sin importar las distancias ni el frío patagónico. Llegó a dirigir el Hospital San José de Viedma, donde los pobres eran atendidos gratuitamente.
Zatti recibió en 1914 la ciudadanía argentina y en 1948, a los 67 años, obtuvo su matrícula de enfermero. Dos años más tarde, tras caerse accidentalmente de una escalera, comenzaron a manifestársele síntomas de un cáncer, pero siguió asistiendo a los enfermos más pobres hasta que su enfermedad lo incapacitó.
Murió el 15 de marzo de 1951,a los 70 años, y sus restos están en la parroquia San Juan Bosco, de Viedma. En 1997 fue declarado venerable tras años de estudio de su vida y de sus escritos que concluyeron que había vivido las virtudes cristianas de modo sobresaliente.
Juan Pablo II lo proclamó beato luego de comprobarse que Dios obró un milagro por su intercesión, que fue la curación inexplicable para la ciencia de un sacerdote argentino que padecía una septicemia múltiple. Finalmente, el año pasado se determinó un segundo milagro -la curación de un filipino que había sufrido un ACV-, lo que abrió paso ahora a su canonización.
FUENTE: TN