Una vida entre el tango y las rancheras

Gabriel Arriaga es el ex presidente de la Asociación Civil México en Argentina

POR ALEXANDRA BARRETO

Gabriel Arriaga nació en Monterrey pero se radicó en Argentina en 2004. Se considera un todólogo, inquieto y participativo. Su profesión es la de físico metrólogo pero también es cantante, actor y viene de una familia que se dedica a la gastronomía. Actualmente es representante de los mexicanos en el Consejo de las Colectividades de Quilmes.

“Me casé con una argentina, nos conocimos en el 2002 en Acapulco, ambos estuvimos de vacaciones y tuvimos una hija, Paulina, pero nos divorciamos. Ella regresó acá y como quiero estar cerca de mi hija me vine para Buenos Aires”, detalla Arriaga.

Su personalidad carismática y de hacer muchos amigos lo llevó rápidamente a hacer contactos. Fue presidente de MENAR. A.C. desde el 2017 al 2019, fundada en 2013 por un grupo de mexicanos que tras varios años de residencia en Argentina, con experiencias de participación en eventos, se preocuparon por darle a la comunidad una entidad con el objetivo de generar espacios, oportunidades de participación y proyección de la cultura sin fines de lucro.  

En México estudió canto y actuación en el CEDART, Alfonso Reyes y Paraguay era su base para realizar diversos recitales. “Como actor me ayudó mucho el desarrollarme socialmente y de alguna manera mi inquietud de no estar parado, siempre ocupado”.

“Cuando llegué fue difícil porque no tenía ningún amigo o familiar cercano. Lo primero que se me ocurrió es cantar, iba a los castings cuando necesitaban un perfil parecido al mío, pagaban mis participaciones. Hice cosas para: History Channel, Discovery Kids, Discovery Channel, Canal 13, entre otros medios”.

“Canto rancheras y también tango, soy una fusión de dos países. Tuve participación en el 2012 con el intérprete mexicano Juan Gabriel por su cumpleaños y las fans argentinas realizaron un reconocimiento a su carrera. La música me permitió conocer a gente de mucho talento como Luciano Pereyra y Lucía Galán”, acota.

 Su versatilidad lo ha llevado a muchas facetas: en su país fue fundador de una compañía industrial en Monterrey.  “Tengo el orgullo de decir que levanté esa empresa y fue un éxito; me otorgaron la franquicia de la marca en el Mercosur”.

Metrólogo de profesión comenta que al inicio de su vida en Buenos Aires tuvo algunas dificultades económicas pero hoy se siente cómodo. “No soy rico, no tengo casa propia pero sí un auto. Vivo en una casa quinta con piscina, alquilada”.

Como la mayoría de los migrantes, transitó el desarraigo con tristeza. “Lo viví mal, tuve ataques de pánico y depresión, pero pude salir adelante porque soy una hombre alegre y siempre estoy motivado. También en el 2008, perdí a mi padre y cuando llegué a México no pude despedirme. Tres años después murió mi madre. Es difícil vivir todo eso estando lejos de tu país. No se me cruzó la idea de volver a vivir en México porque me puede más el sentimiento de unión con mi hija Paulina“.

Una de las herramientas que ayudó a Gabriel a salir de la depresión fueron los cursos para control de emociones y sobrellevar el duelo. “Era de tapar las cosas que me pasaban y mi cuerpo me pasó factura. La ayuda de amigos argentinos y mexicanos fue maravillosa”.

Su desempeño en la Asociación Civil México en Argentina lo llevó a demostrar todo su potencial. “Soy un socio activo. Empecé a participar en los actos de la Embajada, cantando, promoviendo el folklore mexicano. Veía que había mucha actividad con el pueblo argentino por los mitos y realidades de cómo se hacen las cosas, especialmente en la gastronomía. Somos 3.000 mexicanos viviendo en Argentina pero cuando se dan intercambios de estudiantes, se multiplica hasta 10.000”.

En su rol de presidente se encargó de representar a las autoridades ante la la Embajada de su país en Argentina. “Las ideas las trabajamos en equipo con la comisión directiva, tomamos decisiones importantes de eventos, talleres, ferias gastronómicas, enfocados a compartir con el pueblo argentino.  Entre esos eventos se destaca el Buenos Aires Celebra México”.

A pesar de los cambios en su vida, revela que se adaptó rápidamente a otra cultura. “Me sentí recibido, cómodo. Los argentinos quieren muchos a los mexicanos.  En cuanto a la comida me fascina la carne argentina. Nosotros somos de usar picante a la comida”.

Entre las anécdotas que marcan las vivencias de Arriaga, recuerda que durante una fiesta, donde tenía que cantar, se acercó una anciana. “Me dio doble beso en cada mejilla y dijo: ‘Gracias a México, porque cuando salimos de Argentina sin ningún peso, nos recibieron con brazos abiertos, desarrollamos una fortuna que nos permite dar ayuda social”.

En lo que respecta a su vida familiar y el vínculo con su hija que lo trajo a estas tierras, explica que le inculca a su hija todas las tradiciones mexicanas. “Con Paulina nos recorrimos varias ciudades de México, se siente orgullosa de tener 2 nacionalidades”.

Otro de los momentos dolorosos que atravesó en esta pandemia fue la muerte de sus dos hermanas por el Covid-19 y de 18 amigos en México. “Me cuido bastante y no me enfermé. En mi país las cosas al inició no fueron tratadas  adecuadamente por el Gobierno”.

El artista confiesa su amor por la tierra que lo adoptó. “Argentina es un país anfitrión en el que mis amigos son como hermanos. Si tuviese los recursos, me quedaría a hacer negocios, pero mi patrimonio está allá y es más económico vivir en México. Viajaré el 8 de septiembre y me quedaré unos meses”. El salir de la tierra que lo vio nacer, trajo un cúmulo de aprendizaje. “En la vida vale mucho la familia, es lo más sagrado que uno puede tener, no importa cuál sea tu situación económica, si estás bien con tu familia, todo está bien”, concluye.