Rodrigo pasó por todo el país en seis meses y para solventar el viaje realizó más de 100 cortes de pelo. Su historia.
Dejó el Conurbano bonaerense para emprender el que iba a ser el viaje más largo de su vida: de Ushuaia a La Quiaca, en moto y, a diferencia de otros viajeros y otras experiencias, sin ahorros ni ingresos como para relajarse y solo disfrutar del paisaje.
Tardó seis meses en cruzar el país de Sur a Norte. En ese tiempo, más el de regreso a Buenos Aires, se las ingenió para mantenerse económicamente en cada lugar por donde pasó. Sus herramientas de peluquero fueron un buen aliado.
Rodrigo Maldonado tiene 25 años y es de Villa Ilaza, Lanús. Sólo había realizado dos viajes de larga distancia con su moto, pero eso le bastó para llevar a cabo su próximo desafío: viajar desde “el fin del mundo” hasta la otra punta de Argentina.
La aventura comenzó el 8 de diciembre de 2021 y terminó el pasado 28 de mayo. Su primer objetivo fue visitar Ushuaia pero, como no quiso quedarse con las ganas de conocer el norte argentino, lo agregó a la lista. De esta manera, Rodrigo y su moto emprendieron un viaje que duró 172 días.
“Antes de salir tenía 3 trabajos. Era empleado en una cadena de comida rápida en Valentín Alsina, cadete en moto por Capital Federal y monté una barbería en el garage de mi casa”, detalla Maldonado. Y si bien logró ahorrar como para salir de Lanús con lo mínimo, durante el viaje el joven aprovechó sus habilidades para seguir trabajando: imprimió llaveros de la Ruta 40 para vender, y se llevó sus máquinas para hacer cortes de pelo.
Rodrigo calcula que hizo más de 100 cortes en todo el país. “Nunca monté un puesto callejero, siempre corté donde surgía, luego de hablar con la gente. En campings, hostels, motoposadas y casas”, revela.
Para darse a conocer él y también su necesidad de costear el viaje, el joven de 25 años no tuvo que hacer grandes esfuerzos. “Simplemente llegaba a cada lugar y por invitaciones, recomendaciones o mera intuición, elegía dónde hospedarme. Después, la charla sobre ‘la insolvencia’ -bromea- salía sola”.
Una cuenta en la aplicación Cafecito, la plataforma que permite recibir colaboraciones en dinero de otras personas, también le resulto´útil. “Recibí mucha más ayuda de la que esperaba”, asevera Rodrigo.
“Además de eso, fue enorme la ayuda que recibí personalmente de la gente de todas las provincias, e incluso de otros viajeros o personas que estaban de viaje por pocos días: comida, conservas, mates, dinero en efectivo, alojamiento en sus propias casas o simplemente la mejor onda compartiendo un momento que me llenaba de energía nuevamente para continuar el viaje”, agrega.
En seis meses que terminaron llevándolo bastante más allá de la ruta 40, recorrió casi todas provincias y fue compartiendo el recorrido a través de su cuenta de Instagram. Las únicas que no llegó a visitar fueron Formosa, Santa Fe y La Pampa.
Cuando llegó a ver el cartel de entrada a La Quiaca, entendió la importancia de este viaje independiente. “Ahora me siento otra persona y considero que todas las experiencias vividas desde que salí de mí casa corresponden a una vida extra, más allá de la que ya había vivido en mis 25 años. Salir de la zona de confort es algo tan difícil como gratificante”, afirma Rodrigo. Las dificultades y peligros de hacer recorridos tan largos en moto se transformaron en un obstáculo diminuto frente a la satisfacción de realizar tal aventura.
“Es un camino muy difícil, estás a merced del clima y expuesto a todos los peligros posibles. Se aprende a prestar atención a las cosas menos superficiales: una ducha caliente, un plato de comida, una cama. Es algo que no todas las personas tienen pero que tampoco todas valoran realmente”, destaca el joven de Villa Ilaza.
“También entendés que no se necesita tanto, en las adversidades es donde más vas a aprender para después poder disfrutar de los lugares increíbles que tiene nuestro país y seguramente el mundo también”, agrega.
Algunas de las complicaciones que impone este tipo de viajes, sin embargo, llevaron al joven de 25 años a interrumpir la experiencia y volverse a casa.
“Los principales motivos del fin del viaje fueron el extremo frío, que comenzó a transformarse en mucho cansancio desde que llegué a La Quiaca, y el gran aumento del precio del combustible en tan pocos meses. Preferí volver para esperar el mejor clima y mientras tanto generar ahorros desde acá”, revela Maldonado.
Pero a pesar de los inconvenientes, el joven no descarta volver a recorrer el país con su moto para ganar nuevas experiencias y “disfrutar la vida”. “No te sirve una cuenta de banco llena si no tenés tiempo de tirarte en el sol a tomar unos mates”, asevera.
Entretanto, Rodrigo inició un nuevo proyecto para seguir compartiendo anécdotas. “Se trata de recorrer la Ciudad de Buenos Aires y compartirlo con la gente que se fue sumando a mi perfil de Instagram. Trato de compartir fotos lindas pero también información útil para la gente que le guste salir a explorar el mundo aunque solo tenga 15 días de vacaciones”, explica. “Volví con ganas de estudiar para tener más herramientas al viajar -dice-. Ya hay una nueva salida en mente”.
FUENTE: CLARIN