Es un día para celebrar. Ser libres, independientes, protagonistas y hacedores de nuestro presente y futuro. Es una posibilidad fantástica que no debe dejar de apreciarse y poner en valor.
Celebrar un aniversario es mucho más que cumplir un ritual.
Festejamos con alegría inmensa el cumpleaños de nuestros hijos y seres queridos, y lo hacemos evocando bellos momentos vividos, disfrutando el presente compartido y dándonos el tiempo para soñar e imaginar el futuro en común a construir.
No debería de ser diferente nuestra disposición en días patrios porque no hay posibilidad de desarrollo y superación individual sin comprender en su verdadera dimensión las oportunidades que brinda el saberse y reconocerse parte indispensable de un todo y en libertad.
Fueron personas comunes que dieron pasos diferentes del resto quienes pensaron y encaminaron nuestra independencia hace 205 años. Hombres y mujeres que se atrevieron a mirar y buscar más allá de lo que la realidad les ofrecía. Que se arriesgaron. Se comprometieron. Que soñaron en grande.
Nada está definitivamente terminado en ese camino.
Nos legaron la independencia y la vida en libertad, y con ella una obligación: crear ciudadanía.
Cuando celebramos esta fecha pensemos en las posibilidades que nos ofrece reconocernos cada uno parte indivisible de un todo donde el pluralismo de ideas, la convivencia en el respeto, la defensa de las libertades, el apego a la ley, el incentivo a la creatividad, y la solidaridad sincera sean los valores que iluminen la democracia que elegimos para vivir.
Es lindo decir “Feliz Día de la Patria”, porque en esa palabra nos reconocemos todos. Es un sano ejercicio pensar en ello.
Por Claudio Avruj
Director de Optimism
